Unidad VI
El precio de los factores y su retribución
La problemática vinculada al precio de los factores pertenece a la etapa del circuito económico denominada distribución.
Previamente, y antes de abordar este tema, es necesario tener presente la distinción existente entre un factor de producción y los servicios que este factor presta.
Mientras el factor es un elemento material o humano que puede intervenir en el proceso productivo, el servicio productivo es una manifestación en ese proceso.
Las retribuciones que perciben los factores por su aplicación al proceso productivo, se denominan:
- rentas: en el caso de la tierra;
- salarios, del trabajo;
- interés, del capital; y
- beneficio, de la empresa.
La oferta y la demanda de factores tienen algunas diferencias con respecto a la oferta y la demanda de productos, ello se debe a los distintos objetivos que se persigue en uno y otro caso y es así que, con respecto a la demanda, mientras el consumidor tiende a adquirir un producto teniendo es cuenta sus pretensiones y su renta, el empresario lo hace en relación a un factor, tratando de maximizar el beneficio. Con relación a la oferta también existen algunas características especiales, por ejemplo, en el caso del factor trabajo, éste está subordinado a la elección entre el ocio y el salario que debe hacer el trabajador.
La demanda de un factor de la producción está subordinada a la cantidad y precio de los productos que dependen de ese factor, de ahí que la demanda de los factores suela denominarse demanda derivada, pero no es esta la única consideración que se puede hacer al respecto, ya que otros elementos, como el nivel tecnológico, la calidad, cantidad y la sustituibilidad en los factores juegan un papel muy importante.
En el caso de los factores de la producción, son de aplicación las reglas generales aplicadas en el mercado de productos, pero la situación es mucho más compleja, ya que la demanda de un factor, no sólo depende de los requerimientos de ese factor por parte de las empresas, sino también, del precio del producto que se va a elaborar con ese factor. Hecho que ocasiona lo que hemos denominado demanda derivada de un factor.
El precio de los factores en un sistema de competencia
En condiciones de competencia perfecta, el precio es determinado por la oferta y la demanda, y esto es igualmente válido para los productos y servicios como para los factores. Sin embargo, esto que parece tan simple, no lo es tanto ante la imperfección del mercado, sobre todo en los extremos del oligopolio y el monopolio.
En un sistema de competencia, el precio de los factores y su retribución son determinados, como hechos dicho, por la oferta y la demanda, pero no en forma arbitraria, sino con razones lógicas, y es así que, si estamos ante la presencia de factores escasos y de gran utilidad, el precio de éstos tenderá a subir, mientras si nos encontramos ante factores abundantes fácilmente sustituibles, ocurrirá lo contrario.
La interdependencia de los factores
Es necesario agregar un hecho que se vincula a la forma en que trabajan los factores. Normalmente, intervienen en forma conjunta interdependiente, al decir de Samuelson. Esta interdependencia traerá como consecuencia una interrelación en el sistema de precios a punto tal, que el precio dado de uno de los factores, dependerá también de los demás.
Se infiere de lo anteriormente afirmado, que un producto es el resultado del accionar conjunto e interdependiente de dos demás factores de la producción. Sin embargo, determina la participación de cada uno ellos.
John Bates Clark, elaboró una teoría de la retribución que parte de los argumentos siguientes:
1.- La función de producción determina la relación cuantitativa de factores para producir un determinado bien.
2.- Por aplicación de la ley de los rendimientos decrecientes, si se añaden nuevas unidades de un factor, manteniendo cuantitativamente inalterable el otro, los rendimientos disminuyen (la teoría de Clark es igualmente válida en los casos de rendimientos crecientes), pero la productividad marginal de cada una de estas nuevas unidades será diferente, al mantenerse fija la cantidad del otro factor, todo ello llevará a plantearnos qué retribución le corresponderá a este factor. La solución es la siguiente: las retribuciones del factor (todas sus unidades), serán equivalentes a lo determinado por la productividad marginal de la última unidad aplicada y cuyo valor es menor que el de las otras unidades, por ser agregada en último término, pero cuya retribución no puede ser superior a su productividad marginal ya que en ese caso se hubiera prescindido de su incorporación en un mercado de libre competencia. El excedente de las productividades marginales correspondientes a las otras unidades, integran la retribución del factor fijo.
El trabajo y su retribución
Este factor tiene como protagonista al hombre, quien alquila su servicio por un precio que denominaremos salario. Ahora bien, el hombre, en este contexto es, simultáneamente, un agente prestador de un servicio (trabajo) y un consumidor de bienes (entre ellos, considerado a éste efecto, se encuentra el ocio). Esta situación plantea al hombre el dilema de elegir entre dos bienes o una combinación de ambos, a saber, el ocio, por una parte y el dinero que reporta una remuneración, por otra. Naturalmente que al plantearnos el papel del hombre consumidor podemos referirnos a la teoría de la utilidad ya que, en este caso, como en otros, el consumidor tratará de maximizar su satisfacción, ya sea con el ocio puro y simple o con los bienes y servicios que podría adquirir con una remuneración, porque el punto de equilibrio del consumidor se encuentra ubicado en el lugar donde puede llevar al máximo su nivel de satisfacción. Por lo tanto, y en virtud de lo expuesto, se puede deducir que el trabajador como consumidor juega un papel decisivo en la oferta de trabajo.
Por otra parte, la oferta global de trabajo será igual a la suma de las ofertas individuales y subordinada al nivel de remuneraciones y, sobre este último aspecto, las reacciones no son uniformes y generales aunque sí pueden observarse algunas tendencias. Por ejemplo, en los países más desarrollados con niveles salariales altos, el trabajador tiende más a obtener tiempo libre que a incrementar horas de trabajo con el objeto de incrementar sus ingresos salariales, mientras que en los países donde estos son muy bajos la tendencia se manifiesta en el sentido de aumentar las horas de trabajo. Cabe reiterar que esto no es de aplicación absoluta y general y que los niveles salariales están definidos en términos reales de capacidad adquisitiva y no a su representación nominal.
El salario en un mercado de competencia perfecta
La afirmación de "igual salario para igual trabajo", que sería de aplicación para todos los trabajadores en igualdad de condiciones, pueden hacerse realidad en un mercado de competencia perfecta ya que, como se vio anteriormente, en este mercado, el control sobre el precio es nulo.
Diferencias salariales: causas
Entre dos o más países es posible observar, que no sólo no existen igualdades salariales entre trabajos similares sino que, por el contrario, pueden existir grandes diferencias. Indagar sobre las causas que producen esta diferencias, nos llevaría a encontrar numerosas razones.
En primer lugar, tenemos los recursos naturales, que son limitados y que si a los mismos les aplicamos una cantidad creciente de mano de obra, por aplicación de la ley de los rendimientos decrecientes, observaremos una disminución de la productividad marginal y, por consiguientemente, de los salarios. Pero esta no es la única causa. Usar la tecnología, entendida en su sentido amplio, y el capital, que generalmente acompaña a ésta, puede generar diferencias aún mayores que las que pueden ocasionar los recursos naturales.
También los niveles salariales pueden modificarse al producirse alteraciones demográficas que, en lo que al trabajo respecta, es de singular importancia, como lo es el caso de la inmigración, ya que ésta puede incrementar la oferta de mano de obra en algunos lugares y disminuir en otros sitios.
Las imperfecciones del Mercado Laboral
En la realidad del mercado laboral, las características que pueden observarse distan de parecerse a las de un mercado de competencia perfecta, ya que son muy notorias las imperfecciones del mismo. El mercado laboral posee una herramienta típica que es la negociación colectiva; instrumento este, que se ha convertido en el principal medio para la fijación de los salarios en un marco donde predominan las condiciones de un monopolio bilateral, es decir, aquel en donde concurren un monopolio y un monopsonio, ya que en estos casos intervienen los obreros y los empresarios, no negociando en forma directa, sino a través de sus representantes. Esto no quiere decir que se invalide el mercado sino que "las fuerzas del mercado por sí solas no pueden dar una solución coherente".
La tierra y su retribución
La tierra, como ya hemos visto, no es el único agente de la naturaleza que tiene potencia productiva, pero es el único, o casi el único, que una categoría de hombres toman para sí, con exclusión de los demás, y del cual, por consiguiente, pueden apropiarse los beneficios. De esta forma se refería Say al factor tierra, tratando de destacar sus características más salientes.
Este factor fue objeto de estudio, por parte de los economistas, desde los primeros tiempos, siendo su propiedad y su uso, motivo de frecuentes y encontradas opiniones; y algunos de ellos llegaron a negar que la retribución de la tierra, la renta, pudiera integrar el costo de producción, al considerar que el precio de la tierra es derivado del precio de las mercancías.
En cuanto a la renta de la tierra podemos decir que son de aplicación general los mismos principios que se utilizan para el análisis de otros factores. Sin embargo, la tierra tiene algunas peculiaridades que la hacen diferente, o al menos tiene algunas características más notorias que los otros factores, y son las incidencias de la demanda derivada y la productividad de la tierra, independientes de la persona del propietario de la misma. Por otra parte es necesario aclarar que, cuando se utiliza la denominación precio de la tierra, éste puede referirse tanto al valor de la propiedad, como a la cantidad de dinero necesario para acceder al uso de la tierra. Ambos precios están estrechamente unidos y ambos están vinculando tanto a la productividad de la tierra como a la incidencia de la demanda derivada.
Renta económica
Es un concepto que tiende a definir la diferencia entre el pago de un factor productivo con oferta fija y cuyo precio es determinado por la demanda derivada, y el precio de ese mismo factor, utilizado de otra forma.
El profesor, en respuesta dada en el foro, dijo que: renta son los pagos realizados en contraprestación de la utilización de los factores productivos. En el caso del mercado de factores productivos, la renta económica es la diferencia entre la retribución o pago efectuado a un factor y el monto mínimo que debe abonarse para poder emplearlo o contratarlo.
El capital y su retribución
El factor capital presupone la existencia de los denominados factores primarios de la producción (la tierra y el trabajo), que se encuentran originariamente fuera del sistema económico y una vez que son integrados al mismo, pueden ser utilizados para la producción de bienes y servicios finales o para elaborar bienes intermedios, hecho este que implica la incorporación de tecnología, y que a su vez serán aplicados a la producción de bienes y servicios finales. Este conjunto de bienes intermedios es lo que se conoce con el nombre de bienes de capital o, directamente, capital.
El esfuerzo destinado a la producción de bienes intermedios implica el sacrificio presente del consumo de bienes y servicios finales. Este sacrificio tiene razones tecnológicas y consecuencias económicas ya que estos métodos indirectos permiten incrementar la productividad (no necesariamente la producción).
Ahora bien, la incorporación de los bienes intermedios al proceso productivo requiere algún método de financiación, lo que puede concretarse a través del endeudamiento, bajo cualquiera de sus formas o a través del procedimiento de emisión y colocación de acciones e, independientemente de ello, queda la posibilidad de incorporación de bienes de capital mediante la utilización de recursos propios. El costo que implica la utilización de estos fondos es lo que se denomina interés y que constituye la retribución del capital.
La retribución del factor productivo capital se denomina interés. El interés se puede definir como el pago por los servicio del capital o, más concretamente, como el precio de un préstamo. Los que disponen de dinero en efectivo tienen la posibilidad de consumir en la medida que lo deseen. Si deciden prestarlo posponen las posibilidades de consumir ahora, por lo que pedirán algún tipo de compensación por el sacrificio que están haciendo. Esta compensación es el interés que reciben por su préstamo, lo que les brinda la oportunidad de niveles superiores de consumo en el futuro.
El problema del interés y del costo del capital
En un mercado de competencia perfecta y, como consecuencia de sus características, la información cierta y perfecta determina un alto grado previsibilidad del futuro permitiendo de esta forma establecer con antelación el tipo de interés como retribución del capital. Sin embargo en el mundo real la cuestión no es tan sencilla y, es así que pueden observarse distintos tipos de interés según sea el método de financiación elegido, y aún pueden verificarse diferencias dentro de un mismo tipo de financiación.
Lo que ocurre es lo siguiente: en primer lugar, la información cierta y perfecta que deriva de las condiciones del mercado de competencia perfecta, como hemos dicho anteriormente, no se verifican en el mundo real y, en segundo lugar, como consecuencia de lo anterior, se incorpora un notable factor de incertidumbre, que como tal, integra el valor del interés mismo. Por el contrario, en un mercado de competencia perfecta, al existir certidumbre en la información, se elimina el factor riesgo y el costo del capital es igual al interés.
La imperfección del mercado de capitales
El mecanismo que habitualmente funciona en el mercado de capitales dista mucho del que podría encontrarse en un mercado de competencia perfecta. Un mercado de este tipo presupone la existencia de vendedores y compradores sumamente débiles como para tener algún grado de control sobre el precio, pero, en el mercado de capitales los vendedores (ahorristas) carecen de posibilidades, en su gran mayoría y dado el volumen de fondos que manejan, de colocar sus ahorros por sí mismos por lo que recurren a entidades financieras, las que no sólo manejan grandes volúmenes de dinero, sino también una muy buena información sobre los prestatarios, y los inversores necesitan recurrir a estas entidades para hacerse de los fondos que precisan. Sobre la base de esta realidad se puede observar que el tipo de interés dispuesto por estas instituciones si bien sufren una importante influencia de los ahorristas y de los inversores, como consecuencia de las actitudes que estos toman en el mercado, la cantidad de capital disponible, el riesgo, las expectativas, las comisiones y otros gastos, sumados a una fuerte concentración de la oferta crean un ambiente de marcada imperfección para este mercado.
La empresa y su retribución
La empresa, como hemos visto, es un complejo técnico administrativo que dentro de la esfera económica combina los factores de la producción de determinadas formas y con la finalidad de maximizar sus beneficios que, por definición, son las retribuciones de las empresas. Pero, a diferencia de lo que vimos anteriormente con relación a los factores, en este caso estamos ante una situación donde actúan combinadamente, lo que ocurre en la realidad, y las proporciones de su intervención como asimismo las retribuciones que corresponden a cada uno de ellos no suelen aparecer con claridad y este es el motivo por el cual muchas informaciones y comentarios sobre los beneficios de las empresas no discriminan entre la retribución de la empresa propiamente dicha y la de los distintos factores (tierra, capital y trabajo). Por lo tanto, la utilización del término beneficio incluye, ordinariamente, las retribuciones de todos los factores y por ello se suele decir que el beneficio es la retribución implícita de los factores. (Revisar conceptos de beneficio en un mercado de competencia perfecta – Unidad VI).
Alcances del beneficio empresario
Existirá la tentación de reducir las retribuciones tan sólo a los factores que intervienen directamente en la producción (tierra, capital y trabajo) excluyendo a este complejo denominado empresa. Más aún, podrá pretenderse retribuir al propietario de la empresa con un salario que resulte como consecuencia de su trabajo, al que habrá que añadirle las retribuciones de los factores de los que fuera propietario, pero esto no solucionará el problema ya que si estas retribuciones no son iguales a las que obtendría de la colocación de los factores en el mercado, el empresario consideraría esta última posibilidad. Sin embargo, no solucionaríamos el problema, ya que no todas las empresas reaccionan de la misma manera ni tienen el mismo destino.
Algunas incorporan nuevas tecnologías, otras desarrollan nuevas habilidades y otras están dispuestas a correr mayores riesgos.
Todas estas actitudes traen resultados diferentes, algunas fracasan, otras tienen éxitos en distintos grados, pero este elemento, que llamaremos innovador produce diferencias que se traducen en el ámbito económico; y esta realidad llevó a economistas a considerar el beneficio como una retribución a la iniciativa, excluyendo todo otro tipo de ponderación.
Teoría de la distribución basada en la productividad marginal
La "Teoría de la Distribución Basada en la Productividad Marginal" es una teoría de cómo se determinan los precios de los insumos. Se refiere a que las demandas de factores de producción pueden expresarse por medio de los ingresos generados por sus productos marginales, es decir, la retribución a los factores productivos tiende a igualar el valor añadido al valor del producto final que proporcionan con su empleo.
Analiza la distribución de la renta nacional total entre los diferentes factores. La competencia entre numerosos terratenientes y trabajadores hace que los precios de los factores sean iguales a los productos marginales.
Ese proceso asignara exactamente el 100% del producto. El factor que varía puede ser cualquiera, no solo el trabajo. Y dado que cada unidad recibe en pago únicamente el PM de la última contratada, queda un excedente residual de producción residual de producción procedente del PM de las unidades anteriores de los factores utilizados. Este residuo es exactamente igual a las rentas de los demás factores cuando se fijan los precios en función de la productividad marginal.
La teoría de la producción basada en la productividad marginal, aunque simplificada es una descripción lógica y completa de la distribución de la renta en condiciones de competencia perfecta.
Tuesday, October 31, 2006
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